Para abordar los distintos casos que pueden surgir a mis clientes he establecido un sistema de prioridades para dar preferencia a aquellos trabajos que urjan.
Estos son los distintos niveles:
BAJO.- Son situaciones que no urgen, y que pueden quedar a la espera.
(Ejemplo.- Quieres que busque una impresora con una buena oferta, si sale muy barata, pensaré comprarla)
MEDIO.- Es el estado predeterminado de cada incidencia, se acometerá de un modo normal, sin prisa, pero sin pausa.
(Ejemplo, me aparece una ventanita molesta cuando enciendo el ordenador. Me gustaría quitarla.)
ALTO.- Se establecerá para aquellos casos en los que hay que dar solución cuanto antes, pues ocurren en momentos en que hay que hacer uso de aquello que da problemas.
(Ej.-Se paró el reproductor de música de mi establecimiento, estoy sin hilo musical.)
URGENTE.- Para casos de emergencia, en los que urge una solución instantánea, inmediata.
(Ejemplo.- El ordenador no arranca, y le necesito para el trabajo).
Dicho esto, si se presentan varios clientes con un nivel de prioridad igual, irán pasando a la cola de espera*.
*Se puede dar el caso de qué un cliente necesite saltarse la cola de espera, para esas situaciones se presupuestará un adelanto a la hora de acometer la incidencia.
Las prioridades preferentes pueden suponer un aumento de costes reflejado en la factura final.